sábado, 25 de julio de 2015

Cien palabras ~ Base

Todas las personas empiezan por la cabeza.

Es en ese lugar dónde se encuentran todos los pensamientos; ya sea ese secreto que no puedes confesar o tu opinión acerca de lo mal que se ve tu compañero con esa túnica nueva... Y, como lo importante — sueños y ambiciones, todo lo que somos — está almacenado ahí, decimos que es nuestra base.

Honey cree que la base de una persona se encuentra en los pies, en cambio.

Parece que está un poco loca, diciendo semejantes tonterías, y nadie la puede escuchar para que esa pequeña rubita pueda decir que sólo en tus zapatos se puede ver lo mucho que has andado.

viernes, 24 de julio de 2015

Cien palabras ~ Riel

Y quiere seguir, pero es que a veces le cuesta.

Es una inocente mezcla entre ese miedo que todos tenemos a crecer con las traiciones que el castaño ha ido acumulando a sus espaldas sin querer, pero sin darse cuenta su equipaje se ha hecho más pesado de la cuenta y Álvaro se ha quedado parado en el riel a la espera de que alguien vaya a recogerlo por fin.

Nunca le ha gustado ser la damisela en apuros, pero ya no le importa demasiado.

Después de todo no queda mucho para que el tren se lo lleve por delante.

domingo, 12 de julio de 2015

Heridas de guerra vikinga

¿Recordáis que comenté en una entrada anterior que quería más Quidditch?



Seguro que no tanto como mi cansada madre, o aquellos a los que considero mis amigos más cercanos, que han gozado de la compañía de una pequeña estrella monotemática que hablaba de Quidditch cada vez que abría la boca porque tenía muchas, muchísimas ganas de experimentar cómo se jugaba a eso.

¡Y tanto que acabé experimentando cómo los verdaderos vikingos juegan a este deporte!

Empezamos nuestro primer entrenamiento el miércoles de esta misma semana, y pese a que la gente que había en aquel momento nos repitió que aquello era bastante suave para lo que están acostumbrados ellos, ¡no pude evitar emocionarme mucho y dar todo lo que pude durante nuestro primer juego de prueba!

Lo que se tradujo después en una pierna sangrante y muchas, muchas agujetas.

Durante el jueves tuvimos la suerte de hacer un entrenamiento algo más light debido a que no asistió tanta gente como se esperaba, pero de todos modos lo agradecí porque la verdad es que no andaba muy allá con tanto ejercicio físico: desde que jugaba al baloncesto cuando era más niña no estaba haciendo tanto deporte seguido, así que acostumbrarme de nuevo a un ritmo como aquel me resultó un poco duro...

Pero en resumen fue bastante divertido; la gente que está en el equipo parece ser bastante amable, lo que es un enorme punto a favor a la hora de sentirme cómoda, y aunque todavía no los conozco lo suficiente, creo que acabaremos llevándonos bien.

martes, 7 de julio de 2015

Pequeño desahogo

En ocasiones tengo la necesidad de desahogarme para sanar las heridas de mi alma.


Un poco de arte digital, ¿muy cutre?

Puede que muchos de vosotros penséis en lo contradictorias que están sonando mis palabras en este momento, pero cuando existe un tema que me hiere o me ha llegado a molestar no puedo evitar enfrentarlo de esa manera tan especial: hablando, y me siento muchísimo mejor cuando lo exteriorizo de esa manera.

Es un poco como vomitar — por desafortunada que sea la comparación — esa mala leche que algunas personas te consiguen sacar.

De hecho, me gusta hacerlo en medida de lo posible — ya que no a todo el mundo le gusta hablar, una y otra vez, sobre un mismo tema que ya tienen muy masticado — porque, de alguna forma, me ayuda a observarlo todo desde un punto de vista muy diferente al que tengo normalmente...

Siempre he pensado que es maravilloso aprender de aquellos que te rodean a la misma vez que enseñas acerca de tus propias experiencias — un poco menos directo que imponer tu propia ley, pero con una meta bastante más enriquecedora — y procuro ejercerlo, pese a que mi cabezonería en ocasiones me convierte en una Emperatriz un poco arrogante, ciertamente caprichosa y bastante dictatorial.

Pero ya no soy una niña: entiendo que hay personas que son simplemente así.

Ni pasados trágicos con padres que eran unos auténticos capullos, ni compañeros de clase dispuestos a acabar con la moral de uno... A mí esas historias ya no me sirven de excusa para que una persona se comporte de la manera que le venga en gana.

Y acerca de ese tipo de personas ya no cuestiono a aquellos que son más allegados a mí; prefiero quedarme yo con todas esas preguntas agolpadas en el pecho para contárselas a Nadie — ese amigo con el que hablo cuando estoy sola — y que él me regale un profundo silencio como respuesta porque los dos sabemos que no merecen ni una gota de nuestra saliva.



¿Por qué tanto odio cuando no he hecho absolutamente nada? 

¿Dónde ha estado mi fallo?

¿Qué tiene de malo ser una mujer?

¿Cuándo cambiaste?

¿Volverás en algún momento a ser quien solías?

lunes, 6 de julio de 2015

¡Quiero más!

¡Hoy ha sido uno de los mejores días de toda mi vida!



Y es muy complicado que yo sea capaz de hacer semejante afirmación estando con la regla porque la mayoría de personas que me leen son conscientes de lo enferma que me pongo siempre que me toca, pero es que hoy tenía que salir de casa pese a estar muriéndome porque íbamos a ver algo que prometía ser realmente impresionante.

Que ha acabado siendo una auténtica pasada, y que me tiene tan emocionada como una niña pequeña con zapatos nuevos que ha encontrado una tienda de chucherías a mitad de precio cuando ha cruzado la calle. Con la diferencia de que he encontrado algo que me gusta casi tanto como las chucherías.



Un equipo de Quidditch en Málaga.


...

Creo que no he hecho suficiente énfasis para expresar mi amor, ¿verdad que no? Permitidme que lo repita para mi propio deleite, porque en serio que estoy encantada con esto...

UN EQUIPO.

DE QUIDDITCH.

EN MÁLAGA.

Que es mi ciudad. Wow.


Lo que hace que no me arrepienta en absoluto de haber aceptado la invitación de Bossu — que, a su vez, es la hija putativa de mi pareja — para echar un ojo a esa demostración de quidditch; aunque por norma general opino que ya hubiera merecido la pena sólo por pasar un día (que han acabado siendo un montón de horas) con ella, la verdad es que el hecho de que hayamos visto algo que nos ha fascinado tanto a los tres y que ha conseguido que yo me olvide por un momento de mis dolores lo ha bordado por completo.

Todavía estoy pegando saltos de la misma alegría.

Me encanta.

domingo, 5 de julio de 2015

Cien palabras ~ Tragaluz

Es fascinante como todos pasan a prestarle atención cuando cumple dieciocho años.

Álvaro desconoce si es porque desde los trece años lleva quemando la inocencia que hay en su alma a base de desilusiones o porque las personas corrientes se ven irremediablemente atraídas por cabrones como él, como polillas que danzan alrededor de una lámpara muy brillante.

Irremediablemente le duele.

No tiene por qué — pero lo hace.

Quizás es porque anhela que llegue una persona dispuesta a abrir la ventana de ese tragaluz bajo el que está situado, ese alguien que descubra la luz dentro de sus infinitas sombras.

martes, 30 de junio de 2015

Receta para una limonada perfecta

 Unos pocos limones.
(Recuerda exprimirlos)

Cero limas, ¡es que no encontré ninguna!

Un vaso de agua, o dos... Los necesarios.

Cuanta azúcar requieras para endulzar tu vida.

Remover con ganas, ¡y a la nevera!



De esta curiosa manera tan poco convencional he procurado mantenerme fresquita esta tarde, combatiendo la asquerosa ola de pegajoso calor que parece haberse querido instalar en España y que no pretende dejarnos hasta... Hoy, según lo que decían las noticias.

Pero por mucho que ahora se despida con un hasta luego — que no creo que dure mucho, tengo la sensación de que volverá muy pronto —, ha conseguido su principal objetivo: dejarme convertida en una masa amorfa de persona a medio derretir que no es capaz de esbozar ni un solo trazo en un papel. ¡Ni uno! Porque se me queda todo pegado a las manos, o mucho peor, emborronado porque la mina de mi portaminas se niega a ser una buena chica y acaba adhiriéndose al dorso de mi mano...

Entonces es todo una macabra y cochinísima obra de arte abstracto.

Ugh.

Pero me consuela saber que mañana por la mañana vamos a hacer una escapada rápida a la playa antes de comer — ventajas de tener un novio que se lanza por la ventana y cae al mar (?) — y, una vez que la presencia del sol se haga soportable en la calle, hemos quedado para ir con Bossu y su adorable bae a una tetería que me gusta bastante... ¡Ah, que ganitas!



Suerte a todos mis acalorados buhitos. Que paséis buena noche.

jueves, 25 de junio de 2015

Cien palabras ~ Encadenado

Sabe que no tiene solución alguna, no cuando ha llegado hasta ahí.

Nunca lo ha visto — de hecho, Álvaro ni siquiera sabe si es verdad — pero puede imaginar cómo esa rata mentirosa comparte besos con otro incauto, y le provoca tanto asco que vuelve a vomitar sobre el recuerdo de esa misma boca abarrotada de falsas promesas aplastándose contra la suya.

Un tonto gesto que, repetido hasta la saciedad, puede succionar toda esperanza.

Pasaron meses hasta que dejó de anhelar su regreso para soñar cada noche con asesinarlo, un sutil cambio de actitud con idéntico resultado.

Vivir encadenado.

miércoles, 24 de junio de 2015

Me pregunto si...


¿...Alguna vez has querido a alguien tanto como para no soltarle?

En ocasiones como esta no puedo hacer otra cosa más que sentirme como una niña tonta y egoísta que tiene pavor a despertar de un sueño que — ya casi — hace un año que está viviendo en su propia piel.

¿Cómo puedo tener tanta suerte? Injustamente merecida; no entiendo si es porque es demasiado bueno para mí o porque no estoy acostumbrada a tantas maravillas de manera consecutiva, pero creo que, si en una de esas galaxias muy, muy lejanas hubiera un xenomorfo preguntándose quién es la persona más feliz de la Tierra...

Le vendría yo a la mente.

(Cosa que no me hace mucha gracia, porque todos sabemos lo violentos que pueden ponerse con los seres humanos)

miércoles, 17 de junio de 2015

Cien palabras ~ Fugaz

Ha acabado por volverse loco pero a Álvaro le importa una mierda; es la primera vez que degusta la libertad en demasiados años, y tiene que admitir que a su corazón le está sentando de puta madre el cambio.

No se ha fijado un destino, sólo tiene la certeza de que quiere llegar.

Que se acerca.

Y sus pies bailan al compás de las olas cuando se impulsa en ese salto final, a duras penas evitando el poyete que separa el concurrido paseo de la playa y — aunque es un momento fugaz — siente el infinito en sus huesos.

lunes, 15 de junio de 2015

Cortinas voladoras, desayunos continentales y la Raptor Gang

¿Sabéis que las mejores aventuras son aquellas que suelen suceder en mitad de la noche, a cosa de las cuatro y media de la mañana que es cuando más sueño tienes? Porque yo lo descubrí junto a mi pequeño cachorro de bodeguero y a mi sufrida pareja durante la madrugada del jueves — aunque era ya viernes en realidad, pero... — en la que mi querida madre se olvidó las llaves dentro de casa.

Justo cuando cerró la puerta principal.

Dejando de lado que, como no era capaz de continuar ni tampoco de volver a casa, tuvo la valentía o la poca cabeza de actuar como la madre jackass que siempre ha sido desde que tengo conciencia y saltar el enrejado de nuestra casa (lleno de pinchos, por cierto), haciendo tanto ruido en el proceso que nuestro fiera se acabó despertando completamente alterado...

Y empezó a ladrar como un auténtico poseso hasta que nos despertó.

Tampoco hubo forma de calmarlo — ni con regaños, ni con mimos.

Incluso abriendo la puerta para comprobar que no había absolutamente nadie.

Ni nada.



Completamente desvelados porque nuestro enano había empezado a juguetear como cualquier cachorrito de su edad, tomamos la (no tan) sabia decisión de que dormir es para cobardes y empezamos a cocinar lo que sería nuestra comida para la hora del almuerzo y un desayuno demasiado fuerte para tomar a las siete de la mañana: huevos revueltos con bacon y tostadas francesas con mermelada de melocotón, que es lo que tenéis en la foto de arriba.

Total, teníamos que estar en forma para esa noche y nuestro ansiado Jurassic World.

¿Qué decir acerca de esta película mientras procuro no spoilear nada acerca de su contenido? Aparte de las convenientes renuncias porque, aunque la trama ha sido poco innovadora y bastante predecible en algunos momentos, resuelta a trompicones en la mayoría de ocasiones, tampoco ha sido tan terrible como me esperaba.

De hecho, me ha hecho sentirme tan emocionada como cuando era una niña.

Creo que cualquier persona que haya vivido la primera experiencia Jurassic Park puede coincidir conmigo en que esa sensación de pelos de punta y escalofríos cuando por fin ves el parque completamente funcional abriendo sus puertas no tiene precio comparado al de las entradas de cine, ¡era mi sueño desde que era una mocosa el poder entrar!

Y aseguro el buen rato para todos aquellos fans incondicionales de la primera entrega de una saga que, durante la segunda y la tercera película, no dieron más que disgustos y decepciones continuas.

¡Arriba la Raptor Gang!

lunes, 8 de junio de 2015

Groag, groaaag... ¡Waaagh!



¡POR FIN TENEMOS LAS ENTRADAS PARA VER JURASSIC WORLD!

Así es como ha querido mi pareja que celebremos nuestros diez meses de relación el próximo viernes y también la manera en la que me ha asesinado porque no me lo esperaba en absoluto y — aunque suene extremadamente materialista — es un regalo que me hace una ilusión tremenda porque, como mi niño, siempre he sido una gran fanática de la saga de Parque Jurásico.

Lamentablemente no he querido hacerme grandes expectativas a nivel de trama porque los dos avances me han dejado algo desencantada; me ha gustado mucho ver ese cruce entre cachalote y cocodrilo que tiene un nombre demasiado largo como para recordar, saltando mientras la animadora invita al público a recibirla con un enorme aplauso, y seguro que estará muy bien hecha visualmente hablando... Pero no me veo capaz de tragarme esa extraña historia que mezcla un episodio del Encantador de Perros con velocirraptores, con Chris Pratt muy metido en su papel de César Millán.

Tampoco me convence ese retorcido experimento genético que han hecho con el tiranosaurio, será porque no lo termino de entender bien o porque me conozco esos burdos intentos de complicar una trama para hacerla más interesante pero que acaban estropeándola de mala manera...

Yo tengo ya hechas mis apuestas, ¿y vosotros?

Supongo que sólo nos queda esperar hasta que veamos la película, para ver si tengo que retractarme de mis palabras o puedo reafirmarme (y extender) un poco este esbozo de crítica que por el momento no se sostiene sobre argumentos sólidos.




En otro orden de cosas...

¿Habéis visto que he cambiado nuestra noche sin estrellas? Ahora ha dejado atrás su antiguo look primaveral para entrar en el que me encanta: estrellas, estrellas, un poco de verde y muchas más estrellas, ¡por todas partes para que no falten! No estoy segura de si quedará con este diseño o acabaré cambiándolo en un tiempo, que pueden ser semanas, meses o lo que sea, pero quiero saber vuestra opinión porque a fin de cuentas os tomáis la molestia de visitarme.

Es mi blog, pero ya que tengo tantos comentarios... Hago partícipe a la gente.

jueves, 4 de junio de 2015

[Cartas a Nadie] ~ Sobre príncipes idiotas.

Querido príncipe idiota:

No es la primera vez que te escribo una carta, eso lo sabes bien, y aunque nunca antes me haya atrevido a exponerlas públicamente porque suficiente vergüenza pasaba ya con el mero hecho de que las leyeras, he tenido la extraña ocurrencia de inaugurar contigo ese importante proyecto que me gusta llamar Cartas a Nadie...

Y regalártelo, por nuestros diez meses juntos.

Tampoco quiero que esto se convierta en una de esas declaraciones románticas que parecen haber salido de un manga shoujo increíblemente pasteloso, de los que te hacen vomitar algodón de azúcar o llorar a mares porque te ha pillado más sensible de la cuenta — en resumen; una de esas historias en las que todo acaba saliendo bien sin importar las adversidades, de las que yo nunca me creía porque me resultaba imposible que se diera una conexión tan especial entre dos personas, a no ser que estuviera pactado por un autor...

Nunca tuve la suerte de que me quisieran así, ni de corresponder a alguien de la misma manera, pero después de casi dos años de eterna insistencia por una amiga, de la novia de tu amigo, finalmente nos vimos arrastrados a una especie de cita a ciegas que ni tú, ni yo, considerábamos como tal.

Supongo que somos originales hasta para los inicios, ¿eh?

Todavía recuerdo como trataba de darte esquinazo cuando ella nos empujó para que nos marcháramos juntos, o como  de puros nervios  casi te hablaba a gritos, con la voz temblorosa y haciendo todo lo posible para alejarme a mayor velocidad. Nuestras conversaciones hasta las siete de la mañana cuando empezamos a hablar por Skype, o cómo negabas que habías instalado Line sólo y exclusivamente por continuar hablando conmigo cuando salía de casa.

Creo que me va a estallar la cara de lo roja que se me está poniendo mientras escribo esto, pero aprendiste que tengo facilidad para enrojecer cuando me pediste salir en la playa... ¡Estaba tan contenta que pensaba que se me saldría el corazón! Sigue latiendo muy rápido cuando te veo, cuando me besas, cuando nos cogemos de la mano mientras conduces.

Me odio por ser tan cursi...

Y a veces te he hecho mucho daño con mis silencios e inseguridades, con mis comentarios fuera de lugar o guardándome para mí esa mierda que no debería porque, Dios, ¡me lo has dicho tantas veces! Que somos una pareja, sí, pero que sobre todo eres mi amigo y me vas a ayudar en todo lo que puedas... Además eres paciente conmigo, te interesan esas idioteces que balbuceo constantemente acerca de mis personajes...

¡Has aceptado a Sônhaë! Aunque sea recién sacada del horno, y te adoro por ello.

Te amo, mucho más de lo que soy capaz de admitirme a mí misma y me faltan palabras para expresar la falta que me haces, lo necesario que eres. Te amo muy mucho, y no quiero perderte jamás.




De tu tonta, con mucho odio.

Porque, ¿qué significa te odio?

lunes, 1 de junio de 2015

Reto de Lectura (2015)




Me he criado entre libros; desde que tengo uso de conciencia me he perdido en aquellos enormes tomos de palabras incomprensibles que sostenía con esfuerzo entre mis pequeñas manos de niña, tratando de desvelar sus significado, hasta lo que me gustaba denominar como lectura ligera de novecientas y pico páginas que se pasaban igual que un suspiro durante mi solitaria adolescencia.

Ahora que soy un proyecto de adulta me he dado cuenta de que el tiempo empieza a privarme lentamente de esos pequeños placeres, sustituyéndolos por obligaciones, responsabilidades y otra multitud de palabras aburridas que son antónimos a las tardes que pasaba ensimismada, viviendo mis increíbles aventuras de papel junto a los mejores protagonistas que pudiera desear.

(Ups... Creo que he dejado ver lo mucho que me gusta la fantasía heroica, ¿verdad?)

La cosa es que no me había planteado ponerle remedio a este problema hasta que encontré el blog de una personita llamada Eli — alguien a quien no he tenido el placer de conocer directamente, pero que parece tener la misma afición a la lectura, y a la escritura, que una pequeña ratoncita de biblioteca como yo.


No creo que llegue a ver nunca esta entrada porque no se ve como alguien que suele actualizar con frecuencia — cosa que me suele pasar siempre con los que tienen las entradas más interesantes — pero quise avisar de que tomaba prestada (como buena kender) esa hoja que veis expuesta en la parte superior de esta entrada, ya que me gusta siempre dar explicaciones incluso si parecen innecesarias.

Traduciré los diferentes parámetros que aparecen en la hoja, aparte de porque quiero que incluso aquellos no tan versados en inglés puedan disfrutar de hacer el reto, porque se me quedan los ojos pegados por lo borrosa que veo esa letra tan pequeña y así me podeís hacer unas buenas sugerencias respecto a lo que debería caer en mis manos.

Muchas gracias, mis amores, ¡y buena lectura!







RETO DE LECTURA
2015



✪ Un libro con más de cincuenta páginas.
✪ Un romance clásico.
✪ Un libro que se convirtió en película.
✪ Un libro publicado este año.
✪ Un libro con un número en el título.
✪ Un libro escrito por alguien de menos de treinta años.
✪ Un libro con personajes no-humanos.
✪ Un libro divertido.
✪ Un libro con una mujer.
✪ Un misterio o thriller → Perdida, de Gillian Flynn.
✪ Un libro con un título de una sola palabra.
✪ Un libro de historias cortas.
✪ Un libro publicado en otro país.
✪ Un libro no ficticio.
✪ El primer libro de un autor popular.
✪ Un libro de un autor que adores, pero que no hayas leído todavía.
✪ Un libro que te recomiende un amigo.
✪ Un libro que haya ganado un premio Pulitzer.
✪ Un libro basado en una historia real.
✪ Un libro que sea el último en tu lista de pendientes.
✪ Un libro que tu madre ame  → La casa de los Espíritus, de Isabel Allende.
✪ Un libro que te asuste.
✪ Un libro con más de cien años.
✪ Un libro enteramente basado en su portada.
✪ Un libro que se suponía que tenías que haber leído en el colegio pero no lo hiciste.
✪ Una Memoir.
✪ Un libro que puedas terminar en un día.
✪ Un libro con antónimos en el título.
✪ Un libro desarrollado en algún lugar que siempre quisiste visitar.
✪ Un libro que salió el año que tú naciste.
✪ Un libro con malas críticas.
✪ Una triología.
✪ Un libro de tu infancia  → El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
✪ Un libro con un triángulo amoroso.
✪ Un libro desarrollado en el instituto.
✪ Un libro con un color en el título.
✪ Un libro que te haga llorar.
✪ Un libro con magia.
✪ Una novela gráfica.
✪ Un libro de un autor que nunca antes hayas leído.
✪ Un libro que tienes pero que nunca has leído.
✪ Un libro que toma lugar en tu ciudad natal.
✪ Un libro que fue originalmente escrito en otro idioma.
✪ Un libro que se desarrolle durante Navidad.
✪ Un libro de un autor que tenga tus mismas iniciales.
✪ Un juego.
✪ Un libro prohibido (o que estuvo prohibido en el pasado).
✪ Un libro basado o convertido en una serie de televisión.
✪ Un libro que empezaste y nunca terminaste.

jueves, 28 de mayo de 2015

Semanas mágicas

Y lo estoy diciendo desde lo más profundo de mi inocencia, ¿eh?

Esa misma ingenuidad que me hace creer en la magia de verdad y que ahora mismo se encuentra bailando con alegría porque todavía no puede creer — tampoco yo — esa increíble sucesión de momentos tremendamente imposibles que se han ido entrelazando desde que han comenzado este par de semanas tan...


E x t r a o r d i n a r i a s
 o  m á g i c a s.


Todavía soy incapaz de encontrar una definición justa.




Desde el dieciocho hasta hoy. No he podido sentirme más alegre.

lunes, 18 de mayo de 2015

Ninna nanna, ninna oh...

Ninna nanna, ninna oh...

Guarda fuori come piove.

Ninna nanna, ninna oh...

Amore mio non te ne andare.

Ninna nanna, ninna oh...

Si lo so che giá mattino.

Ninna nana, ninna oh...

Resta qui stammi vicinó.


Mariangela » Ninna nanna







Tu lo sai, questo mi basta.

O eso le gustaba decirse a sí misma en voz baja, para que nadie más supiera su secreto, mientras sus pequeños dedos se aferraban al mango de aquella espada como su endeble corazón lo hacia a sus promesas del pasado.

Era una esperanza loca.

Pero quería creer que seguía sabiendo.

Que siempre lo sabría. Y eso bastaba.

sábado, 16 de mayo de 2015

Mirando cara a cara al abandono

No tenía en mente dedicar este viernes, ya sábado, por la noche a publicar una entrada.

¿Qué puede ser tan importante, entonces, como para hacer que me conecte a Internet de madrugada y obligarme a redactar esto, haciendo uso del portátil de mi pareja? Ahora mismo, que podría estar haciendo cientos de cosas a su lado — desde acompañarlo en su eterno desconsuelo jugando a Alien Isolation hasta intentar echarle una mano mientras trata de arreglar su ordenador — y tomo la extraña decisión de gastar algunos de esos minutos aquí, tecleando a toda velocidad.

Con el pecho encogido, completamente absorta en una emoción que hacia tiempo que no sentía.


Porque, ¿alguna vez habéis mirado cara a cara al abandono?

Todo ha empezado como usualmente suelen comenzar nuestros viernes juntos; después de una siesta que no había planeado, mi chico y yo quisimos sacarle partido a las horas más frescas de la tarde para que nuestro cachorrito especial no sufriera la ola de calor que ahora mismo parece estar arrasando la península.

Aunque Ron nos ha demostrado en muchas ocasiones que no tenemos por qué tener ese tipo de concesiones con él, ya que pertenece a una raza que soporta bastante bien el calor, sigue siendo un cachorro de tres meses al que me gusta consentir en todas esas pequeñas cosas que pueda darle... Y, siendo sincera, a veces no puede aguantar la emoción que le produce la hora de sus paseos porque esa adrenalina que acumula durante el tiempo que está en casa puede estallar en forma de divertidas carreras o los juguetones ladridos que le lanza a otros perros, reclamando atención y mucha fiesta,

Pero hoy toda esa alegría desbordante de mi pequeño ángel a cuatro patas ha tenido que esperar porque un desalmado, hijo de la gran puta, ha tenido la fantástica idea de que dejar que un cachorro de apenas dos meses de vida saltara por la ventanilla de un coche en marcha a la jodida carretera que hay detrás de mi casa (dónde no se respetan, por norma general, las normas básicas de circulación) para poder dejar a ese bebé a merced de...

¿De qué? No puedo dejar de cuestionarme mientras miro esa foto que os he dejado ahí.

A ese pequeño que estaba bebiendo agua de los charcos que se forman bajo los troncos de los árboles y que arrastraba una cadena veinte veces más grande que él, a ese indefenso bebé que se ha comido el pienso para cachorros que le hemos ofrecido con unas ganas que no veía desde que mi Ron llegó a casa y a ese dulce que se ha quedado entre mis brazos todo el tiempo, hasta que lo hemos tenido que dejar en una jaula.

Lo hemos llamado Seifer — mejor dicho, mi novio me ha dado el honor de nombrar a su rescatado con el mismo nombre que quería usar yo para Ron porque pensó que le traería suerte, ya que significa victorioso, y sabemos que de una manera u otra acabará saboreando el premio tan dulce al que todos esos animales abandonados aspiran desde detrás de los barrotes de sus jaulas, las mallas metálicas de sus cheniles o la fría libertad que proporciona el abrigo de la calle...

Un lugar al que llamar hogar.

Dónde tenga una persona especial que se encargue de proporcionarle su millón de cariños diarios para recordarle que ahí es muy querido, que nadie planea tirarlo por la ventana porque no es un capricho sino un deseo hecho realidad que están dispuestos a asumir con todas sus consecuencias.

Alguien que invierta su tiempo en enseñarle con paciencia qué es lo que debe y no debe hacer, por qué no puede secuestrar la camiseta azul que siempre usa su dueño para dormir hasta su cesta cuando pasa un par de horas fuera de casa, y que premie todos y cada uno de sus avances con mucha alegría, con esas chuches que seguramente tanto le van a gustar y con sonrisas de puro orgullo.

Gente que le demuestre esa cara amable de nuestra especie que todavía desconoce.

Y a su verdugo quiero dedicarle unas cuantas palabras que seguramente caerán en saco roto, no sólo porque no las va a leer, sino porque aunque lo hiciera se quedaría dormido con la conciencia de lo más tranquila: eres un hijo de la grandísima puta, y te lo estoy diciendo con la boca llena pese a que insultar convierte en inválidos todos mis argumentos, pero no conozco palabras educadas para definir a un asesino de mierda como tú.

No te deseo la muerte porque sería un final demasiado rápido para un cabrón que ha querido hacer sufrir a su responsabilidad, a su mascota, así que me limito a pedir para un pedazo de basura como tú el mismo destino agónico, doloroso, que esos animales reciben en la carretera... Porque aquellos que no tienen la — ¡fíjate bien en lo que digo! — suerte de ser ejecutados instantáneamente bajo las ruedas de un coche acaban falleciendo, horas después, entre dolores terribles y seguramente desangrándose.

Hay algunos que sobreviven, pero rara vez corren la suerte de nuestro pequeño Seifer y acaban siendo obligados, por las circunstancias o por un hijo de puta como tú, a tener que aprender a caminar otra vez porque han perdido alguna de sus patitas o arrastrando cualquier otro tipo de problema del que , los inconscientes, poco humanos y cobardes como , no se harán cargo.

Así que espero ese castigo equivalente.

No creo que te queden ganas de abandonar a otro más en la carretera si te amputan las piernas.

Y si alguno de los que lee este blog conoce a una persona de Málaga o alrededores que esté dispuesta a adoptar a este pequeño pedazo de cielo, por favor, pronunciaos en la zona de comentarios porque, aunque tenemos la corazonada de que lo van a adoptar pronto, queremos ser partícipes de que ese proceso se acelere.




De verdad, que desahogo más grande.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Cartas a nadie



Hoy es una de esas eternas madrugadas en las que acabo perdiéndome conmigo misma entre enlaces — de esos traicioneros, que te hacen vagabundear de un lugar a otro hasta que olvidas qué estabas buscando — y pensamientos nostálgicos hasta que el amanecer acaba por encontrarme tumbada sobre mi cama, con mis pensamientos galopando como caballos fuera de control y un nudo de palabras en la garganta, porque tengo demasiado que decir a gente que no quiere (o no necesita) escuchar a una persona tan...

...Sustituible...

O llorona.

En resumen: a mí.

Y he llegado a la conclusión de que mi voz es la culpable del escaso número de personas que me escuchan — ¡todo porque es pequeña como un ratón! Tan esquiva como uno de esos animales cuando me encuentro frente a un amplio grupo de personas y tímida, sobre todo, cuando llega la hora de mostrar lo que siento a aquellos que me rodean (sean o no seres queridos).

Es como una irónica maldición cuando considero que soy buena escribiendo.

¿Por qué no intentar, entonces, expresarme mediante cartas?

De éste modo tan curioso nace Cartas a Nadie, un proyecto personal que he querido comenzar gracias a la inspiración que he encontrado en deviantART y que consiste en redactar cincuenta cartas dedicadas a cincuenta personas que encajen con las premisas que han sido asignadas para cada día, aunque no me atrevo a que sea un reto diario porque me conozco, y no lo acabaría.



Día 1: Una carta a ti misma.
Día 2: Una carta a tus padres.
Día 3: Una carta a tu mejor amigo.
Día 4: Una carta a una persona secreta.
Día 5: Una carta a tu enamorado o pareja.
Día 6: Una carta a alguien que necesita apoyo.
Día 7: Una carta a un extraño.
Día 8: Una carta a un familiar.
Día 9: Una carta a tu enemigo.
Día 10: Una carta a alguien que ha fallecido.
Día 11: Una carta a un personaje de videojuego.
Día 12: Una carta a tu OC favorito.
Día 13: Una carta al pasado.
Día 14: Una carta al futuro.
Día 15: Una carta a Dios.
Día 16: Una carta a alguien que quieres perdonar.
Día 17: Una carta a alguien que quieres olvidar.
Día 18: Una carta a un amigo perdido.
Día 19: Una carta a tus sueños.
Día 20: Una carta a la Vida.
Día 21: Una carta a la Muerte.
Día 22: Una carta a alguien que te inspire.
Día 23: Una carta a alguien que quieras.
Día 24: Una carta a alguien que odies.
Día 25: Una carta de algo que nunca llegaste a decir,
Día 26: Una carta a una mascota.
Día 27: Una carta a tus pensamientos.
Día 28: Una carta a un profesor.
Día 29: Una carta a tu ex.
Día 30: Una carta a alguien que quieras conocer.
Día 31: Una carta a alguien que te haya cambiado la vida.
Día 32: Una carta para disculparse.
Día 33: Una carta a alguien que te moleste.
Día 34: Una carta a tu sombra.
Día 35: Una carta a tu yo masculino / femenino.
Día 36: Una carta a la persona que te gustaría ser.
Día 37: Una carta a la persona que no te gustaría ser.
Día 38: Una carta a una persona de otro país.
Día 39: Una carta a una persona que te ve como ejemplo a seguir.
Día 40: Una carta a tu futuro marido.
Día 41: Una carta a tu hijo.
Día 42: Una carta para que la leas en el futuro.
Día 43: Una carta acerca de tu día.
Día 44: Una carta al Gobierno.
Día 45: Una carta a la Religión.
Día 46: Una carta a la Ciencia.
Día 47: Una carta a la persona que más te ha hecho llorar.
Día 48: Una carta a una persona con la que no has vuelto a hablar.
Día 49: Una carta para tu héroe.
Día 50: Una carta que nunca quisiste escribir.



Es largo, y seguramente muchas de esas cartas no tengan más de siete u ocho líneas mal contadas-

Pero en estos últimos tiempos he tenido la necesidad de hablar con Nadie.

lunes, 11 de mayo de 2015

¡Móvil nuevo, juegos nuevos!

¡POR FIN HE CONSEGUIDO UN MÓVIL EN CONDICIONES!

Con todos mis respetos hacia Mochi, el recién jubilado, quién se las ha ingeniado de manera asombrosa para servirme a trompicones durante tres tortuosos años en los que sus constantes cuelgues, detenciones forzadas y alguna que otra complicada historia más — con mis monumentales enfados respecto a ellos — han sido el pan de cada día.

Pero ya iba siendo hora de actualizarme un poco gracias a WhatssAPP — una aplicación que nunca me ha gustado en absoluto, aunque he acabado añadiéndola a mi repertorio porque mis amigos, en su enorme mayoría, usan ésta antes que mi querido Line... — y, por supuesto, empezando a jugar a auténticas chorradas con mi novio y unos amigos suyos.

Algo que contaré en entradas futuras.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Tu primer mes a nuestro lado.

Todavía tengo mucho que hacer con éste blog, y creo que se nota.

El diseño actual no es en absoluto feo — las flores son un elemento decorativo que siempre me ha gustado, aunque nunca más que mis estrellas, y el suave color anaranjado que escogí para el título me recuerda a uno de esos bonitos atardeceres que muchas veces veo en verano...

Pero eso no quiere decir que sea lo que tengo en mente para mi blog.

Aunque he de admitir que por lo menos me gusta lo suficiente como para que continúe haciendo su función durante unos cuantos días más, apañando una presentación más o menos atractiva hasta que por fin encuentre la manera de plasmar lo que algunos ya saben que tengo en la cabeza respecto al diseño final que quiero que tenga este sitio.

La verdad es que también soy bastante consciente de que una temática tan primaveral como la que tengo en este momento desentona demasiado con un lugar en el que pretendo hablar de cielos inmensos, y apuesto lo que sea a que muchos de vosotros me daréis la razón.




Por el momento no he encontrado nada que me convenza completamente, pese a que ya he hecho algún que otro experimento que me ha salido un poco rana por no contar con los medios suficientes, pero cuando he visto el seis de mayo marcado en la pantalla de mi teléfono móvil no he podido evitar pensar que tenía que contárselo al mundo: hace un mes que puedo decir con la boca bien llena que él es mío.


Su nombre es Ron — no por Weasley como muchos me han preguntado, sino por la bebida alcohólica — y es un precioso ejemplar de ratonero bodeguero andaluz que conocimos mi pareja y yo durante la primera visita (completamente improvisada) que ambos hacíamos a la Protectora de Animales de nuestra ciudad, ya que mi madre había considerado que ya era hora de darme lo que tanto buscaba: una mascota.

Creo que puedo hablar en nombre de los dos cuando digo que esperábamos un espectáculo deleznable de animales viviendo enjaulados en unas pésimas condiciones, pero mi sorpresa fue tremenda cuando las puertas de la Protectora se abrieron para darnos paso a un lugar que no sólo transmitía un sentimiento de esperanza, sino dónde había un montón de perrazos enormes sueltos, buscando con sus hocicos el cariño de una mano humana (visitante o voluntario) para que le diera su amor.

Quiero mentir diciendo que era un lugar alegre sólo porque me gustaría que lo fuera, ¿sabéis? Cuando eres consciente de que muchos animales de los que están en ese lugar han vivido experiencias terribles, no puedes decir eso porque es un insulto a los supervivientes de abandono o maltrato...

Por eso creo que es más adecuado usar la palabra esperanza.

Porque era lo que había.

Las voluntarias que nos atendieron a nosotros en todo momento sonreían esperanzadas al pensar que uno de esos supervivientes había encontrado un hogar en dónde iba a recibir atenciones y cariños como se merecía desde que nació, mientras que una muchacha rubia se deshacía en lágrimas sosteniendo a unos pequeños cachorros de semanas que había encontrado abandonados, con la esperanza de que vinieran las personas que había contactado para que se hicieran cargo de ellos.

Hablo únicamente de los humanos porque los animales siempre merecen un párrafo aparte, quizás porque ellos son los que más esperanzas tienen mientras esperan o porque esperan tener esperanza, aunque suene a trabalenguas. Sé de lo que hablo porque un enorme perro viejo, cansado y negro, se estremeció de gusto bajo la mano de mi novio cuando le regaló una suave caricia y me lo confirma el hecho de que tuvimos a ese pequeño — sí, porque todos son pequeños, son cachorros, son hermosos — pegado a nuestros talones hasta que nos fuimos.

Tenemos unos cachorros de bodeguero que son preciosos” nos comentó la primera voluntaria que nos atendió mientras nos llevaba a la zona en la que estaban, y la seguimos mientras yo trataba de hacer memoria en qué tipo de raza podría ser aquella.

No la conocía y no me importó.

Porque cuando supe que ese par de pequeños que se acurrucaban en una esquina de la jaula mientras intentaban mantenerse a salvo, lejos de nosotros, habían sido abandonados junto a su hermana Tónica — que ya había sido adoptada — un frío mes de invierno en la puerta de la Protectora, llenos de parásitos y seguramente muertos de hambre, me dio exactamente igual que hubiera expresado anteriormente mis ganas de tener un beagle, o que mi madre prefiriera un yorkshire como Luna, que es la perra de mi tío.

Supe que éramos el uno para el otro.

Mi madre fue bastante más escéptica que yo respecto a la adopción cuando conoció a mi pequeño príncipe debido a que no estábamos seguras del tamaño que alcanzará cuando sea mayor, quizás porque ese es el trabajo de una madre con sus retoños más descerebrados o porque simplemente ella ha sido tsundere desde que me alcanza la memoria (lo cual me ayuda a saber de dónde lo heredé yo).

Ahora no sabemos lo que haríamos sin él.

Y no voy a redactar una novela rosa como muchas otras personas hacen porque ha sido una experiencia bastante dura para mí en la que he deseado tirar la toalla como nunca antes me había pasado, porque tenía la sensación de que la situación estaba sobrepasándome en todo momento — aunque gracias a la ayuda de mi novio, que es más bueno que un cacho de pan recubierto con azúcar glas y a una madre que no me la merezco (ella tampoco a mí, pero funcionamos de esa manera y nos va bien) he conseguido mantenerme más o menos firme.

Porque en ocasiones tengo una cantidad monumental de estrés encima y Ron no es capaz de entender por sí mismo qué puede o no puede hacer — y, mi cariño, por más que te fascinen los cargadores de los teléfonos móviles, ¡no se muerden! Tampoco tu correa de paseo, ni los almohadones, ni... — o no es capaz de comprender que, por muchas ganas que tenga él de jugar, las cuatro de la mañana sigue sin ser una hora razonable para hacerlo.

Y he tenido inseguridad a raudales acerca de lo que me iba pasando con ese adorable desastre de cuatro patas y un adorable lunar en la frente, porque a mí eso de persona dispuesta a comerse el mundo no me ha quedado bien como etiqueta, soy más una que está de paso, y eso de convertirme en una heroína para alguien que a duras penas tiene conciencia de lo que hemos hecho por él, no sé, me hace sentir demasiado grande, muchísimo más importante, de lo que realmente creo merecer.


¿Cómo puedo no querer a mi experto depredador de flamencos de peluche?

lunes, 4 de mayo de 2015

En un momento, en un santiamén...

...como ha cambiado  t o d o,
parece que fue ayer...

En un momento,
en un santiamén,
ahora parezco otro:
yo ya no soy aquel.



Papá Topo » En un momento





Y — como claramente dice la canción — en un momento, en un santiamén, he creado un nuevo blog.

Más que nada porque no encontraba la manera de ponerme a explicar qué ha sido de mí desde junio del 2013 en un obsoleto Reach into de Sky que debería haber sido borrado (para acabar con la vergüenza que me producen algunas de sus entradas...) pero que continúa en la red.

Supongo que no me he atrevido a hacerlo porque me da pena, muchísima, que todas esas memorias acaben por desaparecer en la inmensidad de... De lo que sea, porque nunca me he planteado dónde acaban las entradas de sitios web como éste, pero que ahora acaba de convertirse en una cosa más que añadir a mi lista de preguntas tontas que hacer a gente lista.

Puede que acaben en Suiza (?)




No me apetece tener un blog que acabe siendo una imitación barata de lo que era mi anterior espacio personal porque, sinceramente, no quiero volver a convertirme en esclava de actualizaciones semanales que me auto-imponía para actualizar de vez en cuando pese a lo mucho que me agobiaba hacerlo, ni caer en el error de que mi nuevo cielo carente de estrellas se convierta en un desierto sumido en la oscuridad de mi silencio.

Pero me encantaría conservar ese punto personal que siempre he creído que tenían mis actualizaciones anteriores — ya sabéis, algo como la marca de la casa que toda persona lleva dentro y que nos hace especiales.

Quiero escribir acerca de las mil cosas que me gustan: hoy una entrada acerca de ese anime que tenía tantas ganas de ver o aquel manga que deseaba poder leer, mañana puede que hable de un videojuego que adoro desde siempre o que acabo de conocer y pasado encontraréis un poco de mi arte (en forma de dibujo, de escrito o quizás fotografía) o alguna vivencia personal que me apetezca compartir porque ha sido excesivamente loca, divertida, sorprendente, dulce, enriquecedora, traumática, triste o porque me apetece, que el blog es mío, lechugas.

No sé. Creo que puedo.




Aquellos que tienen la cuestionable suerte de conocerme, ¿qué os puedo decir que sea nuevo? Simplemente me quiero interpretar a mí misma en estado puro, a ese yo que conocéis mucho mejor de lo que realmente deberíais. Divertida, irascible o llorona. Si no me conoces — ¿por qué no te quedas un rato? A lo mejor encuentras interesantes mis opiniones, o te apetece leer la vida de una desconocida por un rato o quieres comentar.

No muerdo. Por ahora.


(En realidad nunca he mordido, pero a veces soy esa clase de chica que va de dura por la vida aunque sea un algodón de azúcar de corazón)